La ida ha sido lo mejor. Un tren viejo, de los clásicos de aquí, que va muy muy lento y te permite ver el paisaje. Y si ademas tienes la suerte de tener asiento en el último vagón que se llama "Observator", ya es la hostia! Toda la pared final es un ventanal. No te pierdes nada de detalle. Y si encima, aunque no te toquen los primeros asientos, no va nadie ahi delante en todo tu trayecto, ya es el colmo! Me he pasado todo el camino en primera fila jeje. Y como habíamos leído en varios blogs, el trayecto es precioso. Va subiendo las montañas atravesando valles e innumerables plantaciones de té. Me he jartao de hacer grabaciones con la GoPro. Cuando lleguemos a Barcelona ya veremos como han quedado.
Ventanal trasero |
Sacando la cabecita por la ventana |
Té, té y mas té |
Puentes que dan miedo |
Una vez en "el pueblo polar", teníamos una hora de espera para volver. Yo ya llevaba un sandwich para comer. Hemos salido de la estación para comprar frutita para Neus y solo ese rato ya nos hemos calado de frío.
Para la vuelta nos ha tocado un tren "nuevo", sin ningún tipo de encanto, y ademas, en segunda clase. "Casi" ni le hemos hecho caso al paisaje.
6 horas y pico después ya estábamos de retorno en "casa". Y hemos tomado la decisión de quedarnos otro día mas aquí y relajarnos. Según nuestros cálculos (y si todo sale como lo tenemos previsto, cosa que nunca es así) nos "sobraban" días, y que mejor sitio que este para tomarnos el día de relax y ver un par de cosillas que tenemos ganas y si mañana partíamos no habríamos podido verlas.
Que guay el viajecito en tren, tiene que ser espectacular!!!!Pues ale a seguir disfrutando. Besos
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